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Cómo invertir en sostenibilidad invirtiendo en tecnología

¿Qué debería hacer una empresa en 2023, invertir más en transformación digital o en proyectos de sostenibilidad? Aplicando el "Y" en lugar del "O", tu empresa podrá hacer ambas cosas. Descubre esta y otras conclusiones extraídas de nuestra encuesta global anual que involucra a responsables IT de todo el mundo.

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En nuestra encuesta anual a directores ejecutivos de todo el mundo, preguntamos por el equilibrio entre la transformación digital y los proyectos de sostenibilidad. Aunque el 95% de las empresas considera que la sostenibilidad una prioridad entre alta y alta, el 84% admite que pasa a un segundo plano frente a los objetivos comerciales cuando las condiciones económicas son más difíciles. Por el contrario, la inversión en tecnología sigue siendo un pilar fundamental de la estrategia corporativa, ya que el 69% de los CEO tiene previsto desviar recursos de otras áreas a sus esfuerzos en transformación digital. Al mismo tiempo, el 27% afirma que ya dispone del presupuesto necesario para ello. Las compañías que dan prioridad a la transformación digital en tiempos económicos desafiantes tienden a ser más resistentes y a estar mejor preparadas para capear las tormentas por venir. En cambio, las que realmente marcarán una clara diferencia, son aquellas empresas que piensan en la sostenibilidad y la transformación digital de manera conjunta, utilizando el enfoque del "Y" en lugar del "O".

Bienvenidos al Reality Check de 2023

En todos los desafíos hay una oportunidades claras. El mundo no ha estado falto de retos en los últimos años. Asumir todos y cada uno de ellos -incluso listarlos- es una tarea ardua, pero podemos agruparlos a grandes rasgos en dos categorías: económicos y sociales. En el lado económico, vemos que las fuerzas macro y micro están empujando a las empresas a ser más eficientes, diversas y más reacias a asumir riesgos. En el lado social y altruista vemos la necesidad de tener más consciencia del medio ambiente, de la sociedad y de la responsabilidad que se asume en general.

Estas dos fuerzas, aparentemente opuestas, llevan ya chocando algún tiempo. Los líderes empresariales se preguntan cómo se puede hacer lo más convienente para todos involucrando a todas las partes interesadas. Las opciones "responsables" o altruistas no suelen ser las de menor precio. Por ello, cuando una compañía se encuentra en apuros económicos, parece imposible continuar con las opciones sociales y contentar a inversores y accionistas con los rendimientos anuales y trimestrales al mismo tiempo.

Aunque algunos aspectos concretos de la sostenibilidad pueden ser relativamente nuevos, la complejidad de este tipo de decisiones viene de tiempo atrás. El escritor Jim Collins lo denominó la "Tiranía del O": la idea de que estos objetivos tan diferentes tienen que oponerse entre sí. La solución es el "Y": la capacidad de abarcar dos extremos al mismo tiempo y utilizar métodos dialécticos para sintetizar estas iniciativas, convirtiendo un reto en una oportunidad.

A menudo la definición de transformación digital entra bajo debate. Nosotros la definiríamos como la capacidad de recopilar, cotejar, analizar, compartir, operar y actuar sobre los datos. Convertirse en una empresa verdaderamente conectada requiere un tipo de transformación en la que esos datos fluyan en toda la empresa y sean accesibles para cualquiera. Entonces, ¿qué es la transformación en lo que respecta a sostenibilidad? En realidad, algo muy parecido: el proceso de aunar aquellos cambios culturales, tecnológicos y de procesos necesarios para ser más sostenibles. ¿Pueden fusionarse ambas para cumplir con la teoria del "Y" y no del "O" desarrollada por Collins?

Aunque esta teoría es muy fácil de entender, es extremadamente difícil de ejecutar. En especial, cuando se observan balances que demuestran que hay que efectuar recortes y reajustar los números a los márgenes correctos. Lo que suele desaparecer son, casi siempre, aquellas inversiones que no contribuyen directamente a los ingresos y que están en el extremo social y altruista de la balanza. Esto hace que, como resultado, uno de los temas que suelen estar en ese lado de la balanza sea, precisamente, la sostenibilidad.

Pero, ¿por qué tiene que ser así? En Software AG encargamos un estudio independiente sobre el tema con el objetivo de averiguar qué impide a las empresas conseguir más resultados en materia de sostenibilidad. ¿Serán capaces las empresas de encontrar cómo aplicar el "Y" y no el "O" en sus roadmaps de transformación digital?

Una de los principalescosas que descubrimos con este estudio es que, sin duda, las empresas están comprometidas con la sostenibilidad: el 95% de las compañías afirma que la sostenibilidad tiene, de hecho, prioridad alta o la máxima prioridad. No obstante, luchan establecer una verdadera conexión entre esta y otras prioridades: El 84% admite que la sostenibilidad pasa a un segundo plano frente a los objetivos comerciales cuando los tiempos económicos se ponen difíciles.

La inversión en tecnología se ha convertido, en cambio, en un pilar de la estrategia empresarial. La inversión en tecnología sigue siendo alta a pesar de la incertidumbre económica, según una encuesta encargada a directores generales por Software AG. Una gran mayoría (el 83%) afirma que, de hecho, aumentará sus inversiones en la tecnología actual de la compañía en tiempos de recesión económica. También se prevé que aumenten las inversiones en nuevas tecnologías y en generación de talento y en el desarrollo de los empleados.

El hecho de que los líderes empresariales se muestren optimistas en lo que se refiere al presente temporal económico es, probablemente, buena prueba de su experiencia en este tipo de situaciones y, que por lo tanto, son testigos de que son pasajeras. También su experiencia les ha hecho comprobar que la inversión en transformación digital les hace más resistentes. Tanto es así, que el 69% de los CEO tiene previsto desviar recursos de otras áreas a sus esfuerzos de transformación digital. El 27% afirma que no lo necesita porque ya tiene suficiente presupuesto.

Redoblar las inversiones existentes tiene mucho sentido: sabemos por investigaciones anteriores que la pandemia de COVID-19 provocó un aumento significativo de la deuda técnica. También sabemos por los datos de este año que alrededor del 21% de los presupuestos de IT están centrandos en la gestión de esa deuda técnica. Esto no es sólo esencial para garantizar el ROI, sino que es también fundamental para optimizar la transformación digital. 

La inversión y la confianza mostradas por los líderes empresariales en lo que se refiere a transformación digital son muy alentadoras y deberían garantizar una mayor resiliencia para sus compañías. Sin embargo, la sostenibilidad no goza del mismo nivel de confianza. Eso podría deberse a que el 84% de las empresas ven la transformación digital y la sostenibilidad como iniciativas diferentes. Sin embargo, eso solo refuerza la necesidad de que se aplique el "Y".

84% of companies see digital and sustainability transformation as separate initiatives. 
El 84% de las empresas ven la transformación digital y la sostenibilidad como iniciativas separadas.
Pero antes de sumergirnos en el "Y" y no el "O", veamos por qué es falsa la idea de que la sostenibilidad no puede contribuir a la cuenta de resultados. Si podemos ayudar a que estas iniciativas ganen más adeptos, quizá eso ayude a elevar el estatus de la sostenibilidad.

¿Por qué abandonar la sostenibilidad si es buena para el negocio?

Uno de los primeros conceptos erróneos que hay que abordar es que las iniciativas de sostenibilidad no ayudan al negocio. Si bien es cierto que el vínculo entre sostenibilidad y resultados no siempre es el más claro, hay varias formas en las que unas iniciativas de sostenibilidad sólidas y transparentes favorecen el crecimiento de la empresa.

Las empresas quieren ser clientes de empresas que se tomen en serio la sostenibilidad. Casi todas (el 97%) afirman que las credenciales de sostenibilidad de una organización son esenciales o importantes en sus decisiones de compra. El mismo número afirma que el posicionamiento de sostenibilidad de un producto que van a comprar influye mucho en su decisión de compra. Se trata de una fuerte conexión entre las ventas y las políticas de sostenibilidad, y podría ser un argumento ya de por sí sólido para que las compañías impulsen una mayor inversión en sostenibilidad. Pero es que, además, hay muchos más.

Los empleados, especialmente las generaciones más jóvenes, valoran la sostenibilidad. De hecho, el 84% de las empresas creen que es probable que pierdan empleados sin una estrategia clara de sostenibilidad. El déficit de skills, especialmente en tecnología, es enorme. Disponer de skills adecuados es esencial para garantizar tanto la eficiencia de las operaciones como la calidad de los productos y los servicios. Está claro que la conexión entre skills y sostenibilidad ya es real. Un estudio de Deloitte muestra que el 90% de la Generación Z y los millennials se esfuerzan por reducir su propio impacto medioambiental, mientras que solo el 18% afirma que sus empresas están comprometidas con la lucha contra el cambio climático.

Se obtiene una imagen muy clara cuando vemos que el 37% de los encuestados rechaza trabajos que no encajan con su ética personal y que el 29% dejaría su actual empresa en el plazo de un año porque esa empresa no coincide con sus valores (estos últimos datos proceden de una investigación de EY). El déficit de empleados con los skills adecuados es un problema importante para las organizaciones. Aunque la mayoría están aumentando sus inversiones en contratación, no se estarán preparando para el éxito si no son capaces de retener ese talento. Otra razón de peso para pensar en la sostenibilidad. Y aún hay más.

Los inversores también se fijan en la sostenibilidad. Una gran mayoría de las empresas (87%) cree que perderá inversores si no tiene una estrategia de sostenibilidad clara. Es fácil pensar que esta postura está marcada por el miedo en exceso, pero hay indicios de que se está rigiendo así desde las instituciones. En EE.UU., el Departamento de Trabajo ha emitido nuevas normas pro-ESG. La UE y la SEC han preparado y emitido normas de divulgación y los índices de inversión en ESG se están "disparando". Aunque estas normas no representan la voluntad de los inversores individuales, es probable que marquen el comienzo de un cambio cultural que afectará a todos los niveles.

Aunque el tema de la inversión basada en la sostenibilidad o ESG es candente en la actualidad, la aparición de inversores activistas en ESG son una clara señal de cara al futuro. Se trata de inversores que buscan fuertes rendimientos financieros y pruebas sólidas en ESG, sin que la primera condiciendone a la segunda. Esto muestra que hay una nueva clase de inversores que buscan empresas que dominen el "Y" en lo que respecta a sostenibilidad.

Teniendo en cuenta estos factores, podemos predecir tensiones en la mayoría de las organizaciones. La sostenibilidad puede contribuir al rendimiento comercial, pero la mayoría de las empresas la dejan en un segundo plano. Muchas (el 82%) incluso tomarían la decisión, basándose en los costes que ocasionaría, de pagar las sanciones reglamentarias en lugar de invertir en sostenibilidad. Esto sugiere que la percepción que impera es que la sostenibilidad sale demasiado cara o que resulta difícil de asumir por sí misma. Pero Software AG está aquí para argumentar justo lo contrario.

El Cambio Cultural de la sostenibilidad

Cultural change has been a critical success factor for digital transformation. The willingness and ability of people within the organization to accept and use new technology is not only hard to win, but also takes a lot of time.  

El cambio cultural ha sido un factor crítico de éxito para la transformación digital. La voluntad y la capacidad de las personas dentro de una empresa de aceptar y utilizar las nuevas tecnologías no sólo es difícil de conseguir, sino que también lleva un tiempo considerable.

Tendencias muy similares afectan a las iniciativas de sostenibilidad y transformación. Por supuesto, es necesario que los empleados lo apoyen. No obstante, en la actualidad, el 47 % de las empresas no cree que todos los empleados entiendan la estrategia. La mayoría de las personas, con independencia de su generación, aceptan la sostenibilidad. Pero, ¿entienden realmente cuáles son sus objetivos? En algunos casos, puede tratarse de un simple problema de comunicación, pero también es posible que la propia estrategia sea demasiado compleja o poco clara.

Para agravar los problemas de concienciación, los objetivos de sostenibilidad a menudo no se incorporan en la cultura de la empresa de forma práctica. Por ejemplo, el 82% de las empresas afirma que los empleados no tienen objetivos, incentivos o informes claros sobre sostenibilidad como los que sí se aplican para los objetivos comerciales.

Una empresa pionera en este tipo de incentivos fue Intel, que hace casi 15 años empezó a vincular la remuneración con objetivos de sostenibilidad. Intel comprendió que necesitaba que cada persona de la empresa pusiera de su parte para lograr el éxito. También eran conscientes de que, las personas, suelen hacer lo que se establece en sus objetivos. Gracias a los incentivos, Intel consiguió reducir sus emisiones en un 35%.

Más recientemente, Unilever ha hecho públicos una gran cantidad de recursos así como transparencia sobre cómo forma, da seguimeinto e informa sobre su sostenibilidad. Unilever dispone de un proceso riguroso para difundir sus objetivos y su estrategia; por ejemplo, los directivos tienen la obligación de comunicar estos objetivos a sus equipos. Una formación obligatoria se imparte de forma anual. En una empresa de ese tamaño, este tipo de cohesión es difícil de lograr, pero al mismo tiempom resulta fundamental para su éxito.

Este esfuerzo debe empezar desde arriba. Sólo la mitad de las empresas han alineado sus objetivos de sostenibilidad con los procesos de la empresa. Cuando la sostenibilidad queda así al margen del orden establecido, es muy difícil conseguir que se consolide. Pero encontrar formas de incluirla en la cultura y los procesos de la empresa (aunque eso signifique forzarla al principio) da a los empleados más poder para desempeñar su papel.

No obstante, no son solo las barreras culturales las que dificultan la sostenibilidad.

La tecnología, clave para el éxito de la transformación sostenible y digital

El reto del cambio cultural sólo cobra relevancia cuando se dispone de tecnología y herramientas que permitan a los empleados hacer lo que se les solicita. Si no pueden hacerlo, es discutible que la sostenibilidad sea aceptada dentro de la cultura de la compañía. Aún así, muchas empresas no disponen de la tecnología adecuada, bien porque simplemente no existe (el 32% de las compañías) o bien porque está mal implantada (el 47% de las mismas).

Las empresas necesitan más y mejores herramientas para entender y aplicar el éxito de las iniciativas de sostenibilidad y más de un tercio (el 36%) afirma que no dispone de ellas. Los obstáculos en este sentido son la recopilación de datos y los problemas de análisis, seguimiento y elaboración de informes. Sin embargo, la mayoría de las organizaciones son capaces de recopilar datos y realizar el seguimiento y la elaboración de informes en diferentes áreas de su negocio. Entonces, ¿es el cambio cultural lo que les impide hacer lo mismo en materia de sostenibilidad? ¿O hay problemas tecnológicos específicos que impiden avanzar a pesar de la inversión continua en este ámbito?

La causa principal de las dificultades para implantar las herramientas adecuadas suele ser que el roadmap tecnológico está desvinculado de de las iniciativas de sostenibilidad. Si el 87% de las empresas nos dicen que la sostenibilidad y la transformación digital son iniciativas separadas, conectar ambas va a ser difícil.

La mayoría de las empresas se consideran maduras en lo que respecta a transformación digital e inversión en tecnología, pero estas dos no llegan a las manos adecuada cuando los fines están vincluados con la sostenibilidad.

Algunas empresas encuentran la manera de hacerlo: el 33% de las compañías integra una planificación de sostenibilidad en su roadmap tecnológico. Otras, cuentan con procesos establecidos para garantizar recursos IT para proyectos de sostenibilidad. No obstante, esto es más arriesgado, ya que las prioridades pueden cambiar y, de hecho, cambian; ya lo hemos visto cuando la prioridad es de los objetivos comerciales.

Dentro de estos enfoques está el ejemplo que buscamos: el 20% de las empresas que encontraron la forma de integrar los planes de sostenibilidad en su roadmap tecnológico incluso tratándose de iniciativas separadas. Estas son las que dominan el "Y".

Aplicar el "Y" y no el "O"

Muchas empresas tienen la capacidad de aplicar el "Y". Las tecnologías que las organizaciones nos dicen que tienen un impacto más positivo en los esfuerzos que están realizando respecto a sostenibilidad son las siguientes: la nube (el 45%), la integración de datos (28%) y el edge computing (27%). ¿Están mostrando ya estas tres áreas un impacto positivo significativo en otras áreas del negocio, dando esperanza a todas las compañías de que pueden encontrar una manera de obtener lo mejor de ambos mundos?

1. Viaje a la nube:

l paso a la nube es en sí mismo una iniciativa de sostenibilidad. La nube de Azure ya ha afirmado que es un 93% más eficiente desde el punto de vista energético y un 98% más eficiente desde el punto de vista de las emisiones de carbono comparado con las alternativas on-premise. Además, las nuevas innovaciones de las plataformas en la nube, como el chip Graviton 3 de AWS, ayudan a reducir (aún más) la energía en un 60%. En conjunto, de acuerdo con Accenture, las migraciones a la nube equivalen a retirar de la circulación 22 millones de coches al año.

No todas las organizaciones deberían intentar trasladar toda su tecnología a la nube; no es una propuesta de todo o nada. De hecho, la nube híbrida incluye lo mejor de ambos mundos para la mayoría de las organizaciones. Pero es fácil entender por qué casi la mitad de las empresas (el 45%) la consideran un gran valor añadido para la sostenibilidad.

Las funciones que más se benefician de la nube son aquellas en las que los datos deben ser accesibles para varios grupos o se necesita potencia adicional de forma inmediata. Hacer que los datos sean más accesibles y unificar las funciones clave será de gran ayuda para ese tercio de las empresas que luchan por recopilación y analizar los datos para la sostenibilidad.

Todas las empresas comprenden que la disponibilidad de los datos es fundamental para poder analizarlos. No obstante, muchas infraestructuras siguen restringiendo quién puede acceder a la información o cómo puede hacer uso de la misma, lo que dificulta esta misión analítica. Ejecutar estos procesos en la nube es la mejor manera de ir más allá de la mera centralización de datos y realmente capacitar a los equipos con lo que necesitan. Esto también ayuda al 36% de las empresas, que afirman no ser capaces de comprender el éxito de sus esfuerzos de sostenibilidad porque no pueden realizar un seguimiento eficaz de las nuevas iniciativas.

La tecnología en la nube puede ser la demostración perfecta del "Y": es clave y aporta beneficios tanto para la transformación digital como para la sostenibilidad. A medida que las organizaciones cambian, también debe hacerlo su infraestructura. La modernización de las aplicaciones, los nuevos modelos de servicio y la rapidez de la innovación están sobre la mesa para dar soporte al nuevo modelo operativo. A menudo, ofrecen beneficios inmediatos en términos de coste total de propiedad (TCO), así como beneficios a largo plazo en forma de nuevas fuentes de ingresos, ventajas competitivas y un mejor rendimiento. No obstante, sabemos que la nube no es una respuesta sencilla.

Cloud technology may be the perfect demonstration of the Genius of the And – it is central and beneficial to both digital transformation and sustainability.

A medida que los entornos multi-cloud se convierten en la norma, el requisito de conectar las diferentes partes de la empresa entre sí se vuelve primordial. Una plataforma de integración como servicio (iPaas) lo hace a la perfección. No sólo contribuye a la sostenibilidad por sus beneficios energéticos, sino que conecta iniciativas de sostenibilidad dispares, ayudando a unificar información y procesos del mismo modo que lo hace para una serie de funciones y sectores diferentes, incluyendo cadenas de suministro distribuidas, canales de servicios, las redes de partners y las operaciones internas.

Más allá de esto, un entorno de nube híbrido y preparado para las API puede permitir fomentar una creatividad e innovación mucho mayores a la hora de desarrollar servicios y aplicaciones. En un momento en el que aumenta el número de empresas que prestan servicios a sus clientes "as a Service", ¿qué puede haber más fundamental que la flexibilidad para crear mejores opciones de servicio cuando se necesitan?

Bolloré, una empresa francesa de logística que transporta 800.000 contenedores por mar y 6.000 toneladas de carga aérea al año, implantó un nuevo sistema de gestión del transporte y revisó su plataforma digital de clientes para mantenerse ágil y aumentar sus beneficios. Al mismo tiempo, Bolloré evoluciona continuamente hacia una cadena de suministro más sostenible e inteligente mediante el seguimiento del carbono y otros contaminantes, la reutilización de materiales y, siempre que es posible, la compensación de emisiones y el cambio a modos de transporte con bajas emisiones de carbono. Todo ello se basa en datos: Bolloré supervisa constantemente 41 indicadores de rendimiento en materia de sostenibilidad.

2. Integración de datos:

La sostenibilidad es una cuestión de gran alcance y, como tal, depende de muchos procesos diferentes. Para entender al cien por ciente no sólo las iniciativas en juego, sino también su éxito y eficacia operativa, se requiere un nivel de integración que va más allá del simple establecimiento de una pasarela entre dos plataformas. Quizá por ello, el 28% de las empresas afirma que la integración de datos ha tenido un considerable impacto positivo en sus esfuerzos de sostenibilidad, siendo la segunda tecnología mejor valorada.

En el pasado, el movimiento de datos se realizaba normalmente de A a B. De un sistema de registro con un amplio cometido -como SAP u Oracle- a una plataforma de análisis. Sin embargo, la naturaleza descentralizada del reto de la sostenibilidad conlleva que no existe ningún sistema de registro y, por tanto, ninguna fuente de datos coherente o coordinada. Las empresas necesitan establecer sistemas virtuales de registro, lo que requiere una plataforma de integración de datos con la capacidad de combinar múltiples flujos de datos (y la infinidad de formatos que ello conlleva) para poder analizarlos.

Las empresas están más descentralizadas que nunca. Ofrecer una experiencia de alta calidad depende de la integración de una gran cantidad de flujos de datos.

Un vistazo a los Protocolos de Gases de Efecto Invernadero (GEI), por ejemplo, muestra lo complejo que puede ser el reto de los datos cuando hablamos de algunas cuestiones en particular de la sostenibilidad. Los datos para determinar correctamente el rendimiento en lo que respecta a sostenibilidad requieren la combinación de multitud de fuentes, traducir los datos y presentarlos para su análisis. Esta naturaleza distribuida de la información también es cada vez más común en otras áreas: experiencia del cliente, cadenas de suministro... incluso en lo referente a RRHH y cuestiones relacionadas con los empleados.

Las empresas están más descentralizadas que nunca. Esto no quiere decir que estén necesariamente descentralizadas en términos de localización geográfica, aunque muchas organizaciones están estableciendo un equilibrio entre sus operaciones "en casa" y en el extranjero. Esto significa que, teniendo encuentra que la red de cadenas de suministro es cada vez más amplia y que el número de puntos de contacto con el cliente es cada vez mayor, ofrecer una experiencia de alta calidad depende de la integración de muchos, muchos flujos de datos.

Además, dentro de una compañía, los responsables de las líneas de negocio tienen más control sobre sus herramientas y plataformas, por lo que existen más repositorios de datos en la empresa. Esto no representa un problema mientras los procesos estén incluidos en esos sistemas. No obstante, como hemos visto, la mayoría de los procesos se extienden ahora a través de múltiples departamentos, equipos, localizaciones o plataformas. Los flujos de datos que se crean en estas diferentes áreas tienen que estar gestionados, y si parecen dispersos o desconectados se pierde la integración de los mismos.

El factor multiplicador de una empresa más distribuida, teniendo en cuenta la dispersión de sus clientes y partners, debería demandar la integración de nuevos sistemas de registro, ya sean virtuales o de otro tipo. Los esfuerzos de sostenibilidad no son los únicos que intentan abarcar un amplio abanico de actividades y de información.

Como parte de un plan para lograr cero emisiones netas a mediados de siglo, el gigante del transporte marítimo DHL Express está invirtiendo siete mil millones de euros en esfuerzos de reducción de carbono, incluyendo una nueva flota de aviones de carga eléctricos. DHL también está apostando por una serie de soluciones tecnológicas de backend, como la que permite el análisis y la gestión de procesos de negocio.Su objetivo es permitir la automatización de datos y mejorar tanto su eficiencia empresarial como medioambiental a través de la tecnología.

3. Edge Computing:

Ya hemos hablado de cómo las iniciativas de sostenibilidad exigen entender una serie de operaciones diferentes, como las emisiones en las oficinas, la eficiencia en la cadena de suministro o la eficacia de la fabricación. Muchos de estos procesos son fundamentalmente analógicos: o bien no generan datos o bien no están capacitados tecnológicamente. En este contexto, no es de extrañar que el edge computing sea un factor clave para el éxito de la sostenibilidad. El IoT da el pase y el Edge Computing remata a gol.

Impulsar la potencia computacional y la toma automatizada de decisiones puede mejorar tanto la sostenibilidad como la eficiencia, ya se trate de la gestión de las emisiones de un motor de combustión, de la eficiencia de una turbina eólica o del rendimiento de una máquina en particular. Por ejemplo, si hay que reducir el consumo de energía entre un 1% y un 2% para cumplir los objetivos de sostenibilidad, la capacidad de un ordenador para reconocer la situación y realizar el cambio automáticamente acelera el impacto en la toma de decisiones. Transmitir los datos al software de análisis y luego de vuelta al dispositivo sería un proceso que se realizaría por fases con lotes de datos y que, por tanto, llevaría horas o días. El Edge Computing resuelve este problema permitiendo a los dispositivos tomar estas decisiones en el momento en el que se capturan los datos. Este planteamiento disminuye, también, las necesidades de transmisión de datos, lo que reduce aún más el consumo de energía.

No debería causar sorpresa que esto no sea algo que afecte exclusivamente a la sostenibilidad. La mayoría de procesos de fabricación, agricultura, suministro energético y mantenimiento de cualquier tipo encuentran grandes beneficios cuando son más digitales y están más automatizados. Además de automatizar las decisiones, lel edge computing permite gestionar la información transmitida a los centros de datos para mejorar la gestión de la energía y obtener, con ello, un ahorro de los costes mayor.

La empresa australiana QTRS utiliza el IoT para supervisar en tiempo real sus camiones frigoríficos, lo que ayuda a reducir el deterioro de los alimentos, disminuir las emisiones y minimizar los residuos agrícolas. Los proveedores de energías renovables, utilizan el IoT, por ejemplo, para realizar mantenimiento predictivo. Esto minimiza las costosas interrupciones y reduce el impacto medioambiental que conlleva el servicio. En todos estos casos, las empresas están abordando los riesgos operativos de forma que benefician al mismo tiempo tanto al planeta como sus cuentas de resultados.

Conclusión

El clima macroeconómico ha reducido la atención que un porcentaje de las empresas presta a la sostenibilidad, pero no puede dejarse de lado durante años sin que esto conlleve consecuencias. Adoptar la táctica de "esperar y ver qué pasa" va en contra de lo que esperan los accionistas, y esto no es otra cosa que una reducción de la huella medioambiental y un mayor impacto social. La investigaciones llevadas a cabo demuestran que la madurez en transformación digital ayuda a las empresas a tomar mejores decisiones y a comprender su la compañía con una mayor profundidad. Hacer, por tanto, que la transformación digital sirva también para mejorar la sostenibilidad, es un pequeño paso. La estandarización, el análisis y la elaboración de informes que acompñan a los esfuerzos digitales pueden aportar beneficios tanto económicos como de sostenibilidad.

Sumergirse en el océano de la sostenibilidad no es fácil, pero sí esencial. Navegar por estas aguas, a primera vista, puede parecer una misión casi imposible...pero no tiene por qué serlo. La sostenibilidad no versa sobre proyectos altruistas que causan un impacto negativo en el rendimiento financiero: la sostenibilidad implica el uso de herramientas y recursos adecuados para lograr un impacto más significativo y de mejores resultados para la compañía a varios niveles. Con esta perspectiva, todas las empresas podrán invertir en iniciativas que aporten múltiples beneficios. Los beneficios de la tecnología pueden ser económicos, sociales y medioambientales, todo al mismo tiempo. Y eso es lo que todo queremos aprovechar.

* Todos los datos que no se citan específicamente en el Reality Check proceden de la investigación expuesta en el Informe Situation Report Simplify your next sustainability project

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